lunes, 25 de junio de 2012

LIBROS PARA EL VERANO

Presentamos una selección de libros cuya lectura recomendamos para este verano
(www.primeroscristianos.com)  
Helena
 
ORAR: Los Primeros Cristianos


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Gabriel Larrauri
Planeta Testimonio
La selección de textos que se presenta en este libro busca dar a conocer la vida de los primeros cristianos a las mujeres y a los hombres del siglo XXI.
Estos textos de la antigüedad cristiana tienen un especial atractivo. Viajamos a los tiempos del nacimiento de la Iglesia. Nos permiten acercarnos a los primeros eslabones de esta fabulosa cadena que a lo largo de la historia ha transformado el mundo. porque nos permiten captar el mensaje cristiano en sus fuentes originarias.
 
 
Quo Vadis?
Quo Vadis?
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Henryk Sienkiewicz
Valdemar Histórica
La novela comienza en el año 63 d.C. en tiempos de Nerón, y en ella seremos testigos del gran incendio de Roma, de las primeras persecuciones a los cristianos y de los grandes festivales del circo romano. Se nos muestra el mundo pagano en todo su esplendor, con unas magníficas recreaciones de los personajes.
Vista previa del libro (en inglés): Google Books
 
 
Ben Hur
BEN-HUR
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Lewis Wallace

Edhasa
Esta mítica novela ha conseguido sobrevivir al paso de los años gracias a la fuerza de la historia que narra: la vida de Judá Ben Hur. La intensidad de las escenas, la belleza de los paisajes descritos, así como la gran recreación del lugar que hace Wallace nos lleva a definir esta lectura como una experiencia inolvidable.
Vista previa del libro: Google Books
 
Fabiola
FABIOLA
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Cardenal Wiseman
Homo Legens
Es Fabiola la historia maravillosa de la conversión a la fe cristiana de una joven y bella patricia romana que, asombrada y conmovida, se enfrenta con la nueva religión, por la que los que creen en ella sufren toda clase de tormentos sin desmayos ni claudicaciones, deseosos de ganar la vida eterna. Así su prima Inés –más tarde Santa Inés–, así su esclava Syra y tantos de sus amigos.
Se desarrolla en medio del magnífico cuadro histórico que constituyen aquellos críticos días de la Roma de principios de siglo IV, cuando el cristianismo iluminó las catacumbas  con la luz de la fe y con la sangre derramada por sus miles de mártires.
Para leer el libro: Google Books

 
El Centurión
El Centurión
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John Stewart
MR Ediciones, 1998
Mientras el corrupto Tiberio permanece en su fortaleza de la isla de Capri, las luchas por la sucesión del trono socavan los cimientos del Imperio. Calígula, astuto pero inexperto, se enfrenta a las trampas tendidas por Sejano, el prefecto de la guardia pretoriana. En medio de las intrigas, Lucio Graco tribuno y el centurión Marco Aurelio son enviados a Judea para restablecer el orden.
 
Helena
HELENA
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Evelyn Waugh
Edhasa
La emperatriz Helena, madre del emperador  Constantino el Grande, llevó a cabo el histórico peregrinaje a Palestina, encontró la Cruz de Jesús, y construyó un par de iglesias en Belén y Olivet. Sin embargo, lo que interesa a Evelyn Waugh en esta novela es la interioridad del personaje, sus sentimientos, convicciones y pensamientos.
La vida de Helena coincide además con uno de los momentos más críticos de la historia, el reconocimiento del cristianismo como religión de un Imperio romano devastado por la insensatez, la corrupción y las intrigas, y ése es el ambiente que, espléndidamente recreado, sirve a Waugh de perfecto fondo a su colorista retrato de Helena. Aunado una minuciosa recreación de la trayectoria de sus protagonistas con una brillante reflexión sobre las contradicciones de la civilización occidental, Waugh nos ofrece la que sin duda es una de sus obras más sólidas y convincentes.
 
Yo soy Catio. El gladiador cristiano
Yo soy Catio. El gladiador cristiano
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Julio César Romano
Palabra  ( Juvenil )
El personaje de Catio, que descubrió el cristianismo como gladiador en medio del coliseo romano, nos muestra cómo fue extendiéndose la semilla de la fe. La semilla del cristianismo puede prender en las almas más insospechadas. El joven Catio lo encontró en las arenas del coliseo, en medio de espadas, cascos, sangre y sudor. Una pequeña cruz, entregada por un condenado, le hizo descubrir un mundo nuevo. A partir de ese momento toda su vida cambió.

sábado, 16 de junio de 2012

Evidencias arqueológicas de la Belén bíblica

 
Arqueólogos israelíes han sacado a la luz un sello en el que aparece la mención de Belén más antigua de las que se han encontrado, hace 2700 años. “La Biblia habla de Belén, ahora tenemos la prueba de esta ciudad entonces existía”, ha declarado Eli Shukron, arqueólogo de la Autoridad Israelí de Antigüedades. El sello, que mide 1,5 cm. ha sido encontrado en la llamada Ciudad de David, una gran área arqueológica fuera de las murallas de Jerusalén donde se cree que el rey había construido su palacio. Vatican Insider ha entrevistado a Simone Venturini, biblista y escritor, investigador del Archivo Secreto del Vaticano y profesor de Ciencias Bíblicas en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. Es autor, entre otras cosas, de «El libro secreto de Jesús» (Newton Compton).

-Profesor Venturini, ¿qué efectos tiene este descubrimiento sobre el origen de la ciudad natal de Jesús?

“Es fácil para quien está acostumbrado a “deducir” la historicidad de la Biblia encontrar todos los argumentos posibles para decir que ésta o la otra ciudad citada en las escrituras en realidad nunca ha existió. Sobre todo en Italia, donde la prensa sabe siempre todo sobre Belén o sobre la Copa de la Uefa, pero poco o nada sobre el libro que es la base de la civilización europea. Era, por ejemplo, el caso de la ciudad de Nazaret. Hasta hace pocos años, no había pruebas de su existencia anteriores al siglo III d. C. Pero en el 2009, la arqueóloga Yardenna Alexandre demostró de manera irrefutable que había encontrado los restos de una modesta casa que se remontaba al siglo I, la época de Jesús. El descubrimiento que ha tenido lugar durante las excavaciones arqueológicas en el área del Jerusalem National Park tiene la misma importancia. El sello, usado probablemente para enviar la recaudación de los impuestos de la ciudad de Belén al rey de Judea, ha sido datado en torno al 800-700 a.C. El sello lleva la inscripción en lengua hebrea “l’shvat – bat-lechem – [l’mele]ch”. En ella aparece la información esencial para realizar el envío al rey que gobernaba en el el sur, en Judea. Por primera vez el nombre de la ciudad de Belén aparece también fuera de la Biblia. Es obvio que a este punto es difícil dudar de la existencia en torno al VI a. de C. de la ciudad en la que nace Jesús, que en cambio existía por lo menos ochocientos años antes de su nacimiento”.

-Mientras tanto, la arqueología sigue confirmando la historicidad y la atendibilidad de los Evangelios y del Antiguo Testamento. Un caso reciente es el del equipo de arqueólogos dirigidos por el profesor Yosef Garfinkel, docente del Insitituto de Arqueología de la Universidad hebrea de Jerusalén, que durante las excavaciones arqueológicas en Khirbel Qeiyafa, una ciudad al oeste de Jerusalén adyacente al valle de Elá, han descubierto ensamblajes ricos de cerámica, piedra, utensilios de metal y objetos de culto. Además han salido a la luz tres grandes habitaciones que servían como santuarios de culto. ¿De qué modo este descubrimiento de nuevos restos de la época del rey David refuerza la historicidad bíblica?

“Se trata de un descubrimiento arqueológico recientísimo que ha tenido lugar en torno a 30 kilómetros al sudeste de Jerusalén. Durante las excavaciones de Khirbet Qeifyafa –“ruinas de Qeiyafa”- el equipo del profesor Yosef Garfinkel de la Universidad Hebrea de Jerusalén ha desenterrado restos que podrían revolucionar los actuales estudios sobre la Biblia. En las últimas décadas, de hecho, muchos biblistas dudaban fuertemente de que antes del siglo VIII a. de C. existiera un verdadero reino de Israel organizado y socialmente bien estructurado. Los restos de Khirbet Qeiyafa, datados con el carbono 14 como correspondientes al periodo comprendido entre el siglo X y el siglo XI a. de C., demuestran en cambio por encima de cualquier duda razonable que en tiempos de David y Salomón existían ciudades perfectamente fortificadas y con una estructura social, que formaban parte de un reino sólido y estable. No sólo. El hecho de que no se hayan encontrado huesos de cerdo o imágenes esculpidas en las que se representan divinidades, demostraría además que el origen del culto monoteísta en Israel es bastante más antiguo de lo que los estudiosos están dispuestos a admitir. Para terminar, también las leyes que imponen reglas alimentarias (cfr. Levítico 11,7) no serían una evolución tardía de una alimentación más antigua y menos restrictiva. En una palabra, la Biblia –antiguo testamento incluido- no es siempre ficción”.

-¿En qué corresponde la descripción de estos lugares a las descripciones presentes en la Biblia que hablan de la época del rey David?

“Los descubrimientos de Khirbet Qeiyafa nos ayudan a entender un poco mejor las sofisticadas particularidades arquitectónicas del Templo de Jerusalén. Antes de que el profesor Garfinkel sacase a la luz las “maquetas” de los santuarios correspondientes a 30 años antes de la construcción del Templo, nos veíamos obligados a suponer la fisionomía del templo a partir de la enigmática descripción que aparece en el I Libro de los Reyes (cap. 6-7). Ahora, en cambio, sabemos por ejemplo cómo eran sus columnas y conocemos las peculiaridades de algunos de sus frisos. Incluso –gracias a los estudios de Yardenna Alexandre- podemos reconstruir una casa de Nazaret de la época de Jesús, una de aquellas en las que probablemente vivieron Jesús, José y María".

-La arqueología ¿es “aliada” o “enemiga” de la fe?

La arqueología es aliada de la fe, en el sentido que da consistencia a nuestra relación con Dios. No es una idea que –por lo menos para los cristianos católicos- puede ser elaborada a partir de las modas y las exigencias del momento. De hecho, la fe en un Dios único que se revela al hombre tiene raíces muy antiguas y nos recuerda que la Biblia es imprescindible para entender en profundidad el misterio del hombre".