La emperatriz Helena, madre del emperador Constantino el
Grande, llevó a cabo el histórico peregrinaje a Palestina, encontró la
Cruz de Jesús, y construyó un par de iglesias en Belén y Olivet. Sin
embargo, lo que interesa a Evelyn Waugh en esta novela es la
interioridad del personaje, sus sentimientos, convicciones y
pensamientos.
La vida de Helena coincide además con uno de los momentos más
críticos de la historia, el reconocimiento del cristianismo como
religión de un Imperio romano devastado por la insensatez, la
corrupción y las intrigas, y ése es el ambiente que, espléndidamente
recreado, sirve a Waugh de perfecto fondo a su colorista retrato de
Helena. Aunado una minuciosa recreación de la trayectoria de sus
protagonistas con una brillante reflexión sobre las contradicciones de
la civilización occidental, Waugh nos ofrece la que sin duda es una de
sus obras más sólidas y convincentes. |
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