Se degrada cada vez más; la
preocupación del padre Ricardo Bustos. En riesgo un patrimonio de la
humanidad.
26/11/2011
Un
grito de alarma llega desde la Gruta de Nazareth. Lo lanza el padre Ricardo Bustos,
hermano menor de la Cistodia de la Tierra Santa, Superior de la Basílica de la Anunciación. «La roca se resquebraja», dijo el
religioso.
El padre Bustos explicó a la Radio
Vaticana que: «El problema no es nuevo, se ha registrado desde hace tiempo, pero
últimamente las condiciones de conservación de la Gruta de la
Anunciación se han agravado y, por ello, junto a la Universidad
de los Estudios de Florencia, hemos comenzado un largo recorrido para la
conservación de este lugar que se esta resquebrajando poco a poco. Hemos hecho
algunos retoques en estos tres últimos años y medio, pero los
resultados no han sido muy positivos. Últimamente, hace algunos meses,
pusimos algunos pozos de drenaje y
esperamos que ayuden a frenar el flujo del agua de la lluvia que llega durante
el periodo invernal». Entonces, ¿los “retoques” no han sido adecuados?
«Sí, lo fueron –respondió el religioso–, solo que no sirvieron para nada porque
el agua seguía llegando a la Gruta y así, poco a poco, toda la restauración se
cayó. Ahora debemos esperar el final del periodo de lluvias para ver de qué
manera se puede detener este deterioro. Por ahora las condiciones están
muy comprometidas».
También le preguntaron sobre los eventuales problemas de
financiamiento de la operación. El padre Bustos respondió: «El problema
no es solo del financiamiento, se trata de encontrar un equilibrio justo. Hay
que pensar en una climatización que proteja todo el edificio, sobre todo la
Basílica inferior, y reorganizar también las visitas, porque en los demás edificios históricos,
incluso en los de Italia, las visitas son limitadas. Ahora nosotros hemos reducido los ingresos a la Gruta y desde 2006
hemos tratado de detener a las personas que entraban directamente en la Gruta:
hay rejas, las cerramos y ahora la gente solo se acerca; hemos visto un cambio
importante. También hemos cambiado el sistema de iluminación en el interior,
poniendo una luz muy fría».
¿La
preocupación también servirá para alertar a la comunidad científica
internacional e involucrarla con este patrimonio de la humanidad,
además de ser un lugar sacro y de fe? «Esta también debería de ser una
amonición. Debemos absolutamente encontrar una respuesta y la
estamos buscando. Confiamos este proyecto, antes que nada,
al Señor y a la Virgen, porque son ellos los primeros que
estuvieron “involucrados” en este proyecto. Dependemos de la gracia del Señor y
le pedimos la gracia de poder conservar este lugar de fe para todos los
cristianos».
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